Los pequeños de la casa merecen nuestro máximo cuidado, y una de las principales afecciones de las cuales debemos proteger al bebé, es la conjuntivitis. Quédate para conocer todo lo necesario sobre esta enfermedad y qué efecto tiene en los niños.
¿Cómo se manifiesta la conjuntivitis en el bebé?
La conjuntiva es la membrana que recubre la parte blanca de los ojos y la cara interna de los párpados. El término conjuntivitis significa inflamación (-itis) de la conjuntiva, y también se le conoce como “ojo rojo” u “ojo rosado”. Esta afección es común en las personas, sin importar edad ni sexo, pero es aún más común en las primeras etapas de vida.
Síntomas y signos
La conjuntivitis, usualmente, se manifiesta con un enrojecimiento de los ojos, aunque pueden aparecer otros síntomas, por ejemplo:
- Legañas
- Estornudos
- Lagrimeo constante
- Picazón en los ojos y en la nariz
La sintomatología exacta variará según el origen de la afección en sí.
Clasificación y características según origen
Infecciones
Las infecciones bacterianas y virales representan una amenaza a tener en cuenta. En el caso de los recién nacidos, usualmente incluyen bacterias y/o virus transmitidos por la madre en el parto.
Conjuntivitis bacteriana
- Ojo rojo, párpado pegado y legaña amarillo-verdoso son los síntomas clásicos de una infección bacteriana de la conjuntiva.
- También es posible encontrar congestión en los senos paranasales, mucosidad nasal, edema en párpados, secreción amarilla y papilas en conjuntiva palpebral.
- Presenta alta contagiosidad y tiende a curarse en una semana (o poco más).
- El tratamiento indicado en estos casos es higiene ocular y antibióticos tópicos.
Conjuntivitis víricas
- Similares a las bacterianas, pero presentan menos legaña y más dolor. También se contagian más.
- En este caso la legaña es blanca o transparente, y esta será la forma más fácil de diferenciar la infección viral de la bacteriana.
- El tratamiento a indicar es sintomático tópico y lavados frecuentes.
Alergias
- Las conjuntivitis alérgicas (casi siempre estacionales) son quizás las más comunes, tanto en niños como en personas mayores.
- Los síntomas más comunes son ojos llorosos y rojos, además de picor en estos. El picor es el principal síntoma, y la presencia de legañas es mínima.
Obstrucción del conducto lagrimal
Otra causa importante, pero que no hemos mencionado, sería la obstrucción del conducto lagrimal. En estos casos las lágrimas no pueden drenar correctamente, lo que conduce a que los ojos se tornen llorosos y se irriten. Esta afección es bastante común en los recién nacidos, y se suele corregir por sí sola en el primer año de vida.
Irritación por la profilaxis oftálmica neonatal
A las pocas horas del parto, al recién nacido se le administra antibiótico tópico en cada ojo (eritromicina o tetraciclina). Esto sería con el objetivo de prevenir las temidas infecciones de las que hablaba antes, ya que usualmente son las más dañinas, y en estas etapas tan tempranas de la vida, cualquier afección puede ser letal.
Lo paradójico, es que esta aplicación de antibióticos, alguna que otra vez, puede provocar algo de irritación en los ojos del neonato. Sin embargo, este proceso tiene un pronóstico favorable y debería solucionarse rápido, en caso contrario, no dudes en acudir a tu médico.
Otros tipos de conjuntivitis
Si bien es alta la posibilidad de que una conjuntivitis dependa de los factores mencionados, existen otras causas posibles, por ejemplo: traumas y cuerpos extraños.
¿Qué puedo hacer si mi bebé tiene conjuntivitis?
Los cuadros clínicos explicados son quizás la forma de presentación más característica de las afecciones, pero en muchos casos, los cuadros no son tan floridos ni marcados. En caso de duda, siempre se puede acudir al pediatra, pero existen una serie de medidas que podemos llevar a cabo para evitar la conjuntivitis o su progreso. Veamos.
- Para mejorar el estado de salud de nuestros pequeñines, podemos hacerles lavados del ojo con suero fisiológico. Para hacer esto, tiene mucha importancia que nos hayamos lavado las manos antes. Después del lavado, le podemos aplicar el medicamento tópico que nos haya indicado el médico, en caso de que nos haya indicado alguno.
- Evita intentar sacarle las legañas con los dedos, ya que puedes arañarlos o sobreinfectarlos. Más bien, moja primero los ojos bebé con suero fisiológico y luego, con una gasa, retíralas frotando de adentro hacia afuera. Evita reutilizar las gasas, de hecho, es mejor si utilizas una diferente en cada ojo. Repite las limpiezas al menos dos veces al día o según consideres necesario con el estado del niño.
- También puedes aplicar compresas en toda esa parte de los párpados. Si el bebé presenta una conjuntivitis infecciosa (de origen viral o bacteriano), las compresas deben ser de agua tibia; en caso de que presente un origen alérgico o variado, las compresas frías pudieran ser más adecuadas.
- Si vas a sacarlo a la calle, por cualquier motivo, quizás querrás buscarle unas gafas de sol, debido a que la fotosensibilidad suele ser otro síntoma presente en la conjuntivitis.
Si notamos síntomas muy floridos de la conjuntivitis, legañas muy verdosas, molestias intensas o cualquier compromiso marcado de la salud de nuestro bebé, es hora de ir al médico. Lo ideal es ni siquiera tener que llegar a estos puntos. Debemos tener especial cuidado con la conjuntivitis viral y bacteriana, que son las que pueden agudizarse más. La no remisión de los síntomas también puede ser motivo de visitar el médico.
¿Se puede contagiar la conjuntivitis?
Las conjuntivitis vírica y bacteriana son contagiosas, por lo tanto, la higiene nos puede facilitar mucho la vida. Lavarse las manos frecuentemente, evitar el contacto (especialmente del bebé) con otras personas y taparse la boca al estornudar son algunas de las principales medidas a tomar.
Todo esto es muy importante, tanto para evitar que el niño se llegue a enfermar en primer lugar, como para que no nos contagie a nosotros mismos la enfermedad luego.
Y eso es todo, esperamos haberte sido de ayuda, déjanos saber en los comentarios si hay algo más con lo que podamos ayudarte.