Aunque es inevitable que los niños y niñas pequeños presenten flemas de manera frecuente, esto puede resultar muy agobiante, en especial si tienen poco tiempo de nacidos.
Sin embargo, ¿realmente es una situación que se debe tratar siempre? Para aclarar tus dudas te decimos todo lo que necesitas saber acerca de cuándo y cómo sacarle los mocos a un bebé y lo ayudes a respirar mejor, mientras utiliza un eficaz mecanismo de defensa para fortalecer el sistema inmune.
¿Qué son los mocos o flemas en los bebés?
Independientemente de que los bebés estén resfriados o sanos, los mocos o flemas no son más que secreción viscosa producida por las células caliciformes presentes en el sistema respiratorio. Aunque no lo parezca, los mocos tienen una importante función: proteger y limpiar los órganos que están en contacto con el medio exterior, como en este caso las fosas nasales y el sistema respiratorio superior e inferior.
Desde el punto de vista más básico, no sacarle los mocos a un bebé dificultará la normal respiración nasal de los más pequeños, lo que sin duda le producirá molestias. Recordemos que no tienen la capacidad de expulsar las flemas por ellos mismos, lo que les puede ocasionar problemas respiratorios, vómitos o dificultad para dormir. Mientras que, en algunos casos los cuadros de acumulación de mocos podrían infectarse, convirtiéndose en medios para desarrollar faringitis, otitis o sinusitis.
Sin embargo, aunque generalmente se trata de un proceso natural en la mayoría de los bebés, el pediatra haya confirmado que está sano y que no debe ser motivo de preocupación, la acumulación de flemas en los bebés suele causar angustia en los padres y en el niño o niña llegar a interrumpir su actividad cotidiana.
¿Por qué los bebés acumulan mocos?
Aunque se suelen asociar los resfriados con la presencia de mocos, esto no siempre es así en los bebés, pues en algunos casos las alergias son las responsables de la acumulación de mucosidades en las vías respiratorias.
Pero atención, las infecciones respiratorias, fuertes resfriados o la tos representan la causa principal de la aparición de mocos en los bebés. Esto se explica porque como los niños no han mantenido contacto con patógenos ambientales y su sistema inmunológico todavía es inmaduro, no tienen anticuerpos para la mayoría de los microorganismos que encuentran y por ello suelen tener infecciones frecuentes.
Como los niños pequeños no saben sonarse la nariz o escupir, la acumulación excesiva de flemas suelen ser tragadas para terminar en el estómago. Cuando sucede esto, presentan reflujo de moco que al llegar a ser muy denso puede provocar náuseas en el bebé.
Aunque los padres deben estar muy atentos cuando esto sucede, no siempre la medicación es la única manera efectiva de limpiar los mocos del bebé. Para estos casos también tienen a su alcance procedimientos sencillos que los ayudará a despejar la nariz del pequeño y tenga días y noches felices, evitando que sufras del temido insomnio.
¿Cuándo sacarle los mocos a un bebé?
La acumulación de mucosidad nasal será una amenaza y requerirá proceder a sacarle los mocos a un bebé, cuando:
¿Cómo sacarle los mocos a un bebé?
Lo primero que debes tomar en consideración antes de aprender cómo sacarle los mocos a un bebé, es no vivir preocupada en exceso con las mucosidades del pequeño, debiendo asumir que se trata de algo que es muy habitual en estas tempranas edades. Por lo que debes, tener cuidado con los tipos de apego.
Lo que sí podemos hacer es actuar oportunamente aplicando ciertas recomendaciones que lo ayudarán a aliviar las molestias que causan las acumulaciones de moco para que logre respirar mejor por su nariz.
Veamos algunos sencillos y accesibles métodos de como sacarle los mocos a un bebé:
Lavado nasal con suero fisiológico
Es uno de los métodos recomendados por los pediatras. Para aplicarlo debes colocar al bebé en posición horizontal, con el cuerpo boca arriba y la cabeza girada a un lado, para evitar que se trague las flemas. Aplica con presión moderada unas gotas en el orificio nasal que quede más expuesto, espera que salgan los mocos y repite el procedimiento en el otro.
Si decides aplicar este método, además tendrás la ventaja de que las cantidades de agua salada que contiene el suero fisiológico son muy parecidas a las contenidas en el organismo, por lo que no produce efectos secundarios ni irritación.
Tips: calienta el envase del suero fisiológico frotándolo entre las manos, para que el pequeño no sienta un líquido frío y molesto en su nariz.
Peras, aspiradores nasales o sacamocos
Suelen ser muy efectivos en los bebés muy pequeños, pero requieren de una cuidadosa aplicación, por que el uso muy frecuente podría causar en el bebé irritación en la nariz o en la garganta.
Para mejores resultados, coloca primero unas gotas de suero fisiológico en la nariz del bebé, prosigue colocando la cánula en una de las fosas nasales y aspira.
Al momento del baño
El vapor de agua ayuda a fluidificar las mucosidades, haciendo que sacarle los mocos a un bebé sea más fácil. En caso de mocos secos, se recomienda utilizar muy cuidadosamente la pinza nasal.
Es importante mantener al niño hidratado para diluir los mocos, así como propiciar un ambiente húmedo, pudiendo emplear un humidificador para mejorar los cuadros de congestión nasal.
Mientras que, entre los métodos tradicionales y según una publicación de la Organización Mundial de la Salud, se pueden usar aspiraciones de vapor de agua caliente con hierbas como menta o eucalipto, siendo aplicable en niños mayores y bajo la autorización del pediatra.
¿Qué evitar para sacarle mocos a un bebé?
Evita por completo utilizar bastoncillos, porque al manipularlos sin la debida precisión, al introducirlos en la sensible zona nasal del bebé podrían causarle algún tipo de daño.
Los mocos no siempre representan una amenaza, por ello es imprescindible evitar la automedicación del bebé, ya que esto podría resultar más dañino que el leve cuadro inicial de acumulación de mucosidad en la nariz.
Conclusión
La congestión nasal y la flema en garganta y nariz de niños pequeños necesariamente no son indicadores de que estén resfriados, por ello no debes estresarte si tu hijo o hija presenta mocos
No obstante, debes actuar con decisión y de manera oportuna para evitar que se acumulen y puedan causar otras complicaciones.
Si el moco causa tos persistente y genera malestar en el niño/a, consulta con el pediatra, quien encontrará el motivo que causa la abundante mucosidad y te dará el método adecuado para sacarle mocos a tu bebé.