Si eres madre o padre de un bebé, seguramente te habrás fijado que sus ojos son una de las partes más delicadas y vulnerables de su cuerpo. Es normal que te preocupes si ves que tu bebé tiene el ojo lloroso, con legañas o el lagrimal obstruido.
¿Sabes a qué se debe y cómo puedes ayudarle? En este apartado del blog te contamos todo lo que necesitas saber sobre el lagrimal tapado u obstruido en bebés, una afección muy común que suele mejorar con el tiempo y con algunos cuidados sencillos.
¿Qué es el lagrimal obstruido en bebés y por qué ocurre?
El ojo produce lágrimas para limpiar y proteger los ojos de las infecciones. Además, se crean en unas partes del ojo llamadas glándulas lagrimales, que están en la zona superior externa del ojo.
Entonces, las lágrimas salen de las glándulas y se reparten por toda la superficie del ojo cada vez que parpadeamos. Luego, las lágrimas se van por unos tubos muy pequeños llamados conductos lagrimales, que están en la esquina de los ojos más cercana a la nariz.
De esta forma, los conductos lagrimales llevan las lágrimas hasta la nariz, donde se mezclan con el moco. Por eso, cuando lloramos mucho, nos moquea la nariz.
Entonces, el lagrimal tapado u obstruido se da cuando estos conductos están tapados y las lágrimas no pueden salir. Esto puede ocurrir porque los conductos son muy pequeños, no están bien formados o tienen una membrana que los cierra.
¿Qué síntomas presenta un bebé con el lagrimal obstruido?
Los síntomas más frecuentes que indican que un bebé tiene el lagrimal tapado u obstruido son los siguientes:
- Lagrimeo excesivo o epífora: se observa que el ojo del bebé está constantemente húmedo o mojado por la acumulación de lágrimas que no pueden drenarse correctamente.
- Enrojecimiento del ojo: se debe a la irritación e inflamación de la conjuntiva ocular por el contacto prolongado con las lágrimas.
- Inflamación del párpado inferior: se produce por la distensión del saco lagrimal lleno de lágrimas y secreciones.
- Legañas: son unas costras o escamas que se forman en las pestañas o en el ángulo interno del ojo por el secado de las lágrimas y las secreciones.
- Secreción de mucosidad o pus: se debe a la infección bacteriana del saco lagrimal o del conducto nasolagrimal por el estancamiento de las lágrimas.
Estos síntomas pueden ser más evidentes durante los primeros meses de vida del bebé o cuando se produce una infección del conducto lagrimal. También pueden variar según el grado y la localización de la obstrucción.
Por ejemplo, si la obstrucción es parcial, el lagrimeo puede ser intermitente y aumentar con el frío, el viento o las emociones. Si la obstrucción es total, el lagrimeo puede ser constante y acompañarse de secreción purulenta en caso de sobreinfección.
Es importante consultar al médico si el lagrimeo es persistente o si el ojo se infecta de manera recurrente o continua. El oftalmólogo pediátrico podrá examinar el estado del sistema de drenaje lagrimal y descartar otras posibles causas de lagrimeo, como alergias, conjuntivitis o malformaciones oculares.
¿Qué hacer si tu bebé tiene el lagrimal obstruido? Consejos y tratamientos
Una de las medidas que puedes tomar si tu bebé tiene el lagrimal tapado u obstruido o tapado es realizarle un masaje suave en el área del conducto lagrimal (la zona inferior del ojo más cercana a la nariz).
Este masaje ayuda a favorecer la apertura y el drenaje del conducto, evitando la acumulación de lágrimas y secreciones que pueden causar infección. Para hacer el masaje, sigue estos pasos:
- Limpia el ojo del bebé con una gasa estéril humedecida en agua hervida o suero fisiológico. Retira las legañas o costras que pueda tener con cuidado.
- Coloca al bebé en una posición cómoda, preferiblemente acostado boca arriba o sobre tu regazo. Sujeta su cabeza con una mano y usa la otra para hacer el masaje.
- Con el dedo pulgar, índice o meñique, presiona suavemente el saco lagrimal del bebé, que se encuentra en la parte inferior del ángulo interno del ojo, cerca de la nariz. La presión debe ser firme pero no dolorosa, y debe provocar un blanqueamiento de la piel.
- Mantén la presión durante unos 10 segundos, y luego relaja el dedo. Repite este movimiento unas 10 veces por cada ojo, tres veces al día.
- Si al presionar sale mucosidad o pus por el ojo o la nariz, limpia de nuevo con una gasa estéril. No emplees la misma gasa para ambos ojos, para evitar contagios.
Además del masaje, existen otros tratamientos médicos que pueden ser necesarios si el problema persiste o se complica. Estos tratamientos incluyen:
- Antibióticos: se pueden recetar colirios o pomadas antibióticas para tratar las infecciones del ojo o del saco lagrimal. Es importante seguir las indicaciones del/ de la médico y aplicar la dosis y la frecuencia adecuadas.
- Sondas: se trata de introducir unas sondas metálicas por el conducto lagrimal para romper la membrana que lo obstruye. Es un procedimiento sencillo que se realiza bajo anestesia general y que tiene una alta tasa de éxito.
- Cirugía: se reserva para los casos más severos o resistentes a los otros tratamientos. Consiste en crear una nueva vía de drenaje lagrimal mediante una incisión quirúrgica.
Es muy valioso que sigas las indicaciones del oftalmólogo pediátrico y que hagas un seguimiento adecuado de la evolución del problema. Tu profesional de salud te indicará cuándo y cómo hacer el masaje, si es necesario aplicar algún medicamento y si es conveniente hacer alguna prueba o intervención.
Recuerda que el lagrimal tapado es una afección muy frecuente y que suele mejorar con el tiempo y con algunos cuidados sencillos.
Preguntas Frecuentes
¿Qué puedo hacer para prevenir el lagrimal obstruido en mi bebé?
Algunos consejos que pueden ayudar a evitar las complicaciones son: mantener una buena higiene ocular, evitar el contacto con personas enfermas o alérgicas, proteger el ojo del sol, el viento o el polvo, y consultar al médico ante cualquier signo de infección o inflamación.
¿El lagrimal obstruido afecta a la visión de mi bebé?
No, el lagrimal tapado u obstruido no afecta la visión de los bebés, siempre y cuando no se asocie con otras patologías oculares que sí puedan comprometerla. De todas formas, es importante proceder a un examen oftalmológico periódico para descartar cualquier problema visual en los bebés.
¿Cuándo se debe operar el lagrimal obstruido en los bebés?
La operación del lagrimal obstruido en los bebés se reserva para los casos más severos o resistentes a los otros tratamientos. Por lo general, se espera hasta que el bebé cumpla un año de edad para ver si el conducto lagrimal se abre de forma espontánea.