Una hernia en el ombligo es una protuberancia que se forma cuando una parte del intestino sale a través de un orificio o una zona débil en la pared abdominal, cerca del ombligo. Es un problema común que puede afectar tanto a bebés como a adultos, pero no suele ser grave ni causar complicaciones durante el embarazo o el parto.
Sin embargo, es importante que conozcas sus causas, síntomas, riesgos y tratamientos para cuidar tu salud y la de tu bebé.
¿Qué es una hernia en el ombligo y por qué se produce?
Una hernia en el ombligo se produce cuando una parte del intestino sobresale a través de la abertura umbilical en los músculos abdominales. Esta abertura, normalmente, se cierra justo después del nacimiento, pero en algunos casos puede quedar abierta o debilitada y permitir que el intestino salga al exterior.
Esto puede ocurrir por varias razones, como:
- Un defecto anatómico del ombligo presente desde el nacimiento.
- Una cirugía abdominal previa que haya dejado una cicatriz o una incisión en la zona.
- Un aumento de la presión abdominal por obesidad, embarazos múltiples, líquido en la cavidad abdominal o esfuerzos al toser, estornudar o reír.
Durante el embarazo, el crecimiento del útero y el peso del feto pueden hacer más evidente la presencia de una hernia umbilical preexistente, pero no suelen provocar su aparición. En el último trimestre, el útero puede proteger el defecto herniario y evitar que el intestino se salga.
Síntomas y riesgos de la hernia en el ombligo durante el embarazo
La hernia en el ombligo durante el embarazo suele manifestarse como una leve hinchazón o un bulto pequeño cerca del ombligo de la madre.
En algunos casos, puede causar molestias abdominales, especialmente al cambiar de posición o al realizar algún movimiento. La hernia puede ser más visible cuando se hace algún esfuerzo, como llorar, toser o reír.
Asimismo, la mayoría de las veces, la hernia umbilical no representa un riesgo para la madre ni para el bebé, y no afecta al desarrollo normal del embarazo ni al parto.
Sin embargo, existe una posibilidad muy baja de que la hernia se presente una hernia inguinal. La hernia inguinal es una condición que ocurre cuando una parte del tejido, como el intestino, se sale a través de un punto débil en los músculos abdominales. Esto puede causar un bulto en la ingle que puede ser doloroso o no.
Ahora bien, hay dos tipos de complicaciones que pueden ocurrir con una hernia inguinal: la incarceración y la estrangulación. Te explicaremos en qué se diferencian:
La incarceración se produce cuando el contenido de la hernia no se puede volver a introducir en el abdomen, pero no hay compromiso de la circulación sanguínea. Esto puede obstruir el intestino y causar dolor, náuseas y vómitos.
Por su parte, la estrangulación se produce cuando el contenido de la hernia está tan comprimido que se corta el suministro de sangre, lo que provoca isquemia y necrosis del tejido. Esto es una emergencia médica que requiere cirugía urgente, ya que puede ser potencialmente mortal.
Los signos de una hernia estrangulada son:
- Dolor intenso e insoportable en el ombligo o en el abdomen.
- Náuseas y vómitos.
- Fiebre.
- Cambio de coloración del bulto (rojo, morado o negro).
- Imposibilidad de empujar el bulto hacia adentro.
Si presentas alguno de estos síntomas, debes buscar atención médica inmediata.
Como ves, la diferencia entre una hernia inguinal incarcerada y una estrangulada es el grado de afectación vascular del contenido herniado. Ambas situaciones son graves y deben ser tratadas por un especialista.
¿Cómo se diagnostica y se trata la hernia umbilical en la gestación?
Además, el tratamiento de la hernia umbilical en el embarazo depende de cada caso y de las recomendaciones del médico. En general, no se requiere tratamiento específico, ya que algunas hernias pueden cerrarse solas después del parto.
Sin embargo, se pueden tomar algunas medidas para aliviar las molestias y prevenir las complicaciones, como:
- Usar una faja o una banda abdominal que brinde soporte y compresión en la zona.
- Evitar el estreñimiento, el sobrepeso y los esfuerzos excesivos.
- Aplicar una compresa fría o caliente en el ombligo para reducir la inflamación y el dolor.
- Tomar analgésicos o antiinflamatorios bajo prescripción médica.
En algunos casos, se puede optar por la cirugía para reparar la hernia en el ombligo, pero esto suele hacerse después del parto, salvo que haya una emergencia por estrangulamiento.
En caso de requerir tratamiento quirúrgico, la cirugía consiste en hacer una pequeña incisión en el abdomen, empujar el intestino hacia adentro y cerrar el orificio con una malla y puntos de sutura. La recuperación suele ser rápida y con pocas complicaciones.
Cuidados que debes tener si tienes una hernia en el ombligo
Una hernia en el ombligo ocurre cuando una parte del intestino o del tejido graso se sale a través de un punto débil en la pared abdominal cerca del ombligo. Esto puede causar un bulto visible y doloroso en el área.
Algunos cuidados que debes tener si tienes una hernia en el ombligo son:
- Evitar levantar objetos pesados o hacer esfuerzos que aumenten la presión abdominal.
- Usar una faja o un vendaje compresivo para sostener el bulto y aliviar el dolor.
- Mantener un peso saludable y una dieta rica en fibra para prevenir el estreñimiento y la obesidad, que son factores de riesgo para las hernias.
- Consultar con tu médico si el bulto se agranda, se endurece, se enrojece, se inflama o te causa náuseas, vómitos o fiebre, ya que pueden ser signos de complicaciones como la estrangulación o la infección de la hernia.
- Seguir las indicaciones de tu médico sobre la necesidad y el momento de una cirugía para reparar la hernia, que es el único tratamiento definitivo. Además, es importante mantener una buena higiene postural.
¿Qué ocurre con la hernia umbilical después del parto?
La hernia umbilical es una complicación poco frecuente del embarazo y del parto, que afecta a entre el 0,5% y el 2% de las mujeres embarazadas. Se produce cuando la presión del útero sobre la pared abdominal hace que se abra un orificio en el anillo umbilical, por donde puede salir una parte del intestino o del tejido graso.
De hecho, la mayoría de las veces, la hernia umbilical después del parto se resuelve espontáneamente en los primeros meses después del nacimiento del bebé, sin necesidad de tratamiento.
Sin embargo, en algunos casos, la hernia puede persistir y causar molestias o complicaciones, como el atrapamiento o la estrangulación del tejido herniado. En estos casos, se puede recomendar una cirugía para cerrar el defecto y evitar que se repita.
Preguntas Frecuentes
¿Qué causa la hernia umbilical?
La causa exacta de la hernia umbilical no se conoce, pero se cree que está relacionada con factores genéticos, congénitos o adquiridos que debilitan la pared abdominal cerca del ombligo.
¿Cómo se diagnostica la hernia umbilical?
El diagnóstico de la hernia umbilical se basa en el examen físico, donde se puede observar y palpar el bulto en el ombligo . A veces, se puede solicitar una ecografía para confirmar el diagnóstico y descartar otras posibles causas del bulto.
¿Cómo se trata la hernia umbilical?
El tratamiento de la hernia umbilical depende del tamaño, los síntomas y las complicaciones de la misma. En general, las hernias pequeñas y asintomáticas no requieren tratamiento, solo vigilancia periódica. Las hernias grandes o sintomáticas pueden tratarse con medidas conservadoras, como el uso de una faja o un vendaje, o con cirugía, que consiste en reintroducir el tejido herniado en la cavidad abdominal y cerrar el defecto con suturas o una malla.
¿Qué complicaciones puede tener la hernia umbilical?
La complicación más grave de la hernia umbilical es la estrangulación, que ocurre cuando el tejido herniario se queda atrapado y se corta el flujo sanguíneo, lo que puede provocar necrosis, infección y peritonitis. La estrangulación es una emergencia médica que requiere una cirugía urgente. Otras complicaciones posibles son el sangrado, la infección de la herida, la recurrencia de la hernia y el dolor crónico.
¿Qué puedo hacer para prevenir la hernia umbilical?
No hay una forma segura de prevenir la hernia umbilical, pero se pueden tomar algunas medidas para reducir el riesgo, como: mantener un peso saludable, evitar tener estreñimiento en el embarazo y la tos crónica, hacer ejercicio moderado para fortalecer los músculos abdominales, no fumar y seguir las recomendaciones médicas durante el embarazo y el parto.